¿Cuál es la Relación de los Tres Días de Oscuridad con la Pascua de Resurrección?
- Lucas Gelásio
- 24 jun
- 2 Min. de lectura

La palabra Pascua proviene del hebreo Pesach, que significa "pasaje" y se refiere a la ocasión en que el Ángel Exterminador sobrevoló Egipto, quitó la vida de los primogénitos y, al llegar a las casas de los judíos, pasó de largo, sin hacerles daño, permitiendo su liberación. Moisés había profetizado que los israelitas debían sacrificar un cordero, comer su carne y rociar su sangre sobre las puertas de sus casas y no salir hasta el amanecer, porque así, el Ángel no los heriría. Esta fue la Décima Plaga de Egipto; en la novena, pasaron tres días de oscuridad en los que solo se encendían las velas del pueblo de Israel.
La Pascua de Resurrección de Jesucristo fue el sacrificio del Cordero de Dios, que descendió a los infiernos y pasó de la muerte a la vida, librándonos de la esclavitud del Demonio. Mientras Él estaba en la Cruz, el cielo se oscureció durante tres horas; luego pasaron dos noches más hasta que resucitó al tercer día. Su sacrificio se actualiza en la Santa Misa, en la cual se come de su carne y se bebe de su sangre, y en el Cirio Pascal se simboliza una vela bendita.
Según las profecías de los Tres Días de Oscuridad, el Ángel Exterminador pasará nuevamente sobre la Tierra y quitará la vida de los impíos. Para ser salvados, los fieles deben encerrarse en casa, encender una vela bendita — la única luz que encenderá — y no salir hasta que el sol vuelva a aparecer. Entonces la Iglesia Católica volverá más fuerte, será libre y todo el mundo se convertirá.
El Catecismo nos enseña que la Iglesia solo entrará en la gloria del Reino a través de una Pascua, en la que seguirá al Señor en Su muerte y resurrección. Por todas las semejanzas aquí señaladas, es posible interpretar que los Tres Días de Oscuridad serán la consumación de esta Pascua, en la que la Iglesia pasará por los portones del Infierno y sobre ellos prevalecerá, uniéndose de forma más perfecta a Jesucristo.
Incluso si la Iglesia parece desfigurada y es objeto de burla por sus enemigos, debemos permanecer en ella como miembros. Nuestra Señora estuvo a los pies de la Cruz de Jesucristo, Su hijo, y ahora está a los pies de la cruz de la Santa Iglesia, Su hija, en este momento de Pasión. Seamos nosotros esos miembros que llevan las heridas de Jesús y, en compañía de María, vivamos la Pascua de la forma más perfecta posible.
Traducido por: Katia Nogueira
Comments