Kauã Felipe, el niño catequizado por Moisés

Kauã Felipe nació el 2 de febrero de 2007 en el estado sureño de Brasil, llamado Santa Catarina. Cuando tenía apenas un mes de vida, su madre tuvo un sueño: lo vio en una camilla en un hospital y rezó para que Nuestra Señora de Aparecida lo salvara. Dos semanas después, descubrieron un problema en el corazón del bebé.

Su madre le prometió a Nuestra Señora que lo llevaría al Santuario de Aparecida, que queda en el estado de São Paulo, si sobrevivía. La oración fue escuchada.

A la edad de 4 o 5 años, todavía sin saber leer, Kauã comenzó a hablarle a su madre sobre un bebé encontrado en el río. Su nombre: Moisés. Ella, que en aquel momento poco sabía sobre el cristianismo, pensó que su hijo solo contaba historias. Poco a poco le fue explicando todo el pasaje bíblico sobre el profeta. Le reveló que iba al "mundo de Moisés" y allí aprendía la historia directamente de su nuevo amigo.Su madre lo escuchó hablar de Dios, de la importancia de rezar el Ave María y mucho más. En una ocasión, le pidió que hiciera algo que, sin recordar la palabra correcta, describió como lo que ella había hecho en su boda cuando "se disculpó" con el sacerdote. Ella entendió la petición y se confesó.

Alrededor de los 7 años, Kauã comenzó a hablar de la batalla final del bien contra el mal y que el fin de los tiempos está cerca. Dijo que luchará junto a San Miguel para defender un lugar brillante y que Dios y el Enemigo están reuniendo cada uno a su pueblo. Con horror, comentó que la Tierra quedará toda roja en un escenario de batalla.

Enseñó que es necesario confesarse, rezar el rosario, leer la Biblia y recibir la Eucaristía. Cuando hablaba de Dios, todos en la escuela se detenían a escucharlo.

En 2020, el niño fue visto rezando para quedarse más tiempo con su familia. Cerca de dos meses después, el 16 de mayo, se encontró con Dios. Durante el primer mes después de su muerte, Kauã apareció diariamente en los sueños de su hermano menor para jugar con él.

Hay muchas más historias. Su madre guardó este tesoro, a petición de él, durante su corta vida, y hoy lo comparte con nosotros. Invito a todos a rezar por Kauã Felipe y su familia. ¡Que el pequeño participe en la gran batalla y nos defienda, desde el Cielo, junto a San Miguel y junto a su amigo Moisés!

Traducido por: Katia Nogueira