Anna Catharina Emmerich: El papa que decide dejar Roma (1822)

La mística Beata Anna Catharina Emmerich recibió revelaciones impactantes sobre el futuro de la Iglesia. En 1822, ella anunció el dilema de un Papa que tendría que decidir si abandonar Roma:

30/09: La Iglesia está en gran peligro. Debo pedir a cada uno que venga a verme que rece un Padre Nuestro por esa intención. Debemos rezar para que el Papa no deje Roma, ya que tal medida daría paso a males impensados. Debemos orar para que el Espíritu Santo lo ilumine, pues tratan de exigirle algo. Los que desean destruir la Iglesia tienen sus colaboradores en todas partes. Si el Papa abandona Roma, los enemigos saldrán ganando.

07/10: Mientras caminaba por Roma con Santa Francisca Romana y un mártir que llevaba su propia cabeza cuando decapitado, [1] vimos un gran palacio (Vaticano) envuelto en llamas. Yo tenía miedo de que las personas que estaban adentro fueran consumidas por el fuego, ya que nadie intentaba apagarlo; pero cuando nos acercamos, el incendio se detuvo repentinamente, dejando el edificio oscuro y quemado. Después de pasar por muchas habitaciones, llegamos a la del Papa. Lo encontramos sentado, en la oscuridad, durmiendo en un gran sillón. Estaba muy enfermo y débil, no podía caminar. Las personas iban y venían delante de su puerta. No me agradaron los eclesiásticos más cercanos a él. Le dije al Papa que no debía dejar Roma, porque, si lo hacía, todo se derrumbaría. Él pensaba que el mal era inevitable y que su seguridad personal, entre otras consideraciones, lo obligaba a marcharse. Se sentía muy inclinado a tomar esa decisión. Sus consejeros también le recomendaban hacerlo.”

04/10: Tuve una visión del Papa. Vi a San Francisco trasladando la iglesia. Cuando vi la Basílica de San Pedro en aquel estado devastado y a tantos eclesiásticos trabajando, aunque en secreto, para su destrucción, me sentí tan conmovida que clamé sinceramente a Jesús por misericordia. Él me dijo que el traslado de la Basílica significaba que la Iglesia, aparentemente, caería en total ruina, pero sería resucitada.

25/08: Alrededor de la Iglesia de Santa María la Mayor, en Roma, vi multitudes de pobres almas piadosas, en gran angustia y ansiedad por la desaparición del Papa, por la agitación y las noticias alarmantes por toda la ciudad.

No sabemos cuándo se realizará esa profecía, pero se asemeja a la de Nuestra Señora de Garabandal, que dice que, después de un viaje del Pontífice a Rusia, llegará un momento en que no podrá quedarse en Roma y tendrá que esconderse.

Oremos por el Sumo Pontífice.

[1] Probablemente San Dionisio.

Traducido por: Katia Nogueira