¿Por qué María nos ha traído mensajes proféticos?

Con tantas apariciones y profecías anunciadas por Nuestra Señora, los más escépticos se preguntan: ¿por qué María? ¿Por qué los mensajeros de las revelaciones no son ángeles, o por qué no es el mismo Cristo?

Para responder a esto, primero debemos recordar las Escrituras. Cuando la Sagrada Familia presentó al Niño Jesús en el Templo, la Virgen María recibió una profecía sobre el sufrimiento de Cristo en la Cruz:

Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: “Mira, este niño traerá a la gente de Israel caída o resurrección. Será una señal de contradicción, mientras a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres.” (Lucas 2,34-35)

San Alfonso María de Ligorio y otros santos comentan que Nuestra Señora tuvo una visión mística en el momento de la profecía de San Simeón:

"Con suma paz recibió Ella la noticia de la muerte de su Hijo, y con la misma paz continuó sufriéndola; pero, aun así, ¡qué dolor no debía sentir su Corazón! Ni sirvió para mitigar el conocimiento que ya de antemano tenía del sacrificio a realizar, pues, como fue revelado a Santa Teresa, la bendita Madre conoció entonces, en particular y más distintivamente, todas las circunstancias de los sufrimientos, tanto exteriores como interiores, que habrían de atormentar a Jesús en Su Pasión. En una palabra, la misma Bienaventurada Virgen le dijo a Santa Matilde que, ante este aviso de San Simeón, toda Su alegría se convirtió en tristeza."

A partir de esto, podemos entender que, así como a la Virgen le fue revelada proféticamente la Pasión de Su hijo, Jesús Cristo, también a Ella le fue revelada la Pasión de Su hija, la Santa Iglesia, anunciada en los castigos profetizados. La Pascua de la Iglesia es comentada en el Catecismo de la Iglesia Católica:

La Iglesia no entrará en la gloria del Reino sino a través de esta última Pascua, en la que seguirá al Señor en Su muerte y resurrección (Catecismo de la Iglesia Católica, 644).

La Iglesia se está configurando a la Pasión de Cristo. Así como la Santa Virgen cuidó de Su hijo hasta la crucifixión, Ella también está cuidando de nosotros, Sus hijos, hasta nuestra configuración a Cristo en la Cruz.

Entonces, ¿por qué Nuestra Señora tiene que tener un papel tan importante en nuestros tiempos? Porque Dios quiso venir a los hombres a través de María, y por medio de Ella también ha de volver.

Si deseas profundizar en el estudio de los mensajes proféticos de Nuestra Señora, sé alumno de mi curso: Las Profecías Católicas sobre el Fin de los Tiempos.

Traducido por: Katia Nogueira