¿Cómo los católicos rinden honores a sus héroes?
- Lucas Gelásio
- 9 sept
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Carlos Martel fue Prefecto de Palacio del Reino Franco Oriental entre los años 717 y 741. Recibió el título de Héroe de la Cristiandad por detener la expansión de la invasión mahometana.
El inicio de su carrera política estuvo marcado por el enfrentamiento con opositores internos, quienes derrotó con el apoyo del pueblo francés. Su principal logro fue impedir el avance islámico, que ya dominaba la Península Ibérica y expandía su territorio hacia Europa. Alcanzó la victoria en la Batalla de Poitiers y, cinco años después, en la del Río Berre, creando el escenario que posibilitó la Reconquista. Fundó la caballería cristiana, liberó Aviñón y fue partidario y protector de San Bonifacio, Apóstol de Alemania. Fue padre de Pipino y abuelo de Carlomagno, dando origen a la dinastía carolingia.
Sin embargo, no fue un santo. San Euquerio, obispo de Orleans, lo condenó por confiscar bienes de la Iglesia para financiar sus guerras. Reivindicó el derecho de nombrar obispos. Fue tratado con hostilidad por gran parte del clero local. Posiblemente tuvo dos esposas al mismo tiempo. Tuvo hijos extramatrimoniales, uno de los cuales fue san Remigio de Ruán. A pesar de ello, pasó a la historia como el gran héroe que fue, recibiendo un indulto parcial en el Concilio de Tours.
En palabras del Dr. Plinio Corrêa de Oliveira: «Posee una superioridad que no se deriva de su refinamiento, sino de la nobleza de su espíritu y la fuerza de su personalidad. (...) Un guerrero que no teme enfrentarse a la verdad ni teme a ningún enemigo. (...) Es un auténtico soldado de Cristo».
Por sus servicios a la causa cristiana, recibió el título de patricio de san Gregorio II y el de Héroe de la Cristiandad de san Gregorio III, por quien fue llamado «cristianísimo» e «hijo afectísimo de San Pedro». Fue declarado defensor de la Iglesia de San Pedro por el beato Carlomagno. Su cuerpo reposa en el mausoleo de la Catedral de Saint-Denis, donde también se encuentra una efigie suya encargada por san Luis. Por sus victorias, recibió el epíteto de Martel (Martillo).













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