La Comunión Reparadora de los Primeros
- Lucas Gelásio
- 4 ago
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“De la práctica de esta devoción, unida a la Consagración al Inmaculado Corazón de María, depende la guerra o la paz del mundo.” (Hermana Lucía, 19 de marzo de 1939)
En 1917, cuando Nuestra Señora de Fátima anunció el castigo que Dios enviaría al mundo, también nos entregó la ayuda necesaria:
“Para impedirlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados. Si atienden a Mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, difundirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia.”
Observemos que la condición para la paz es que se atiendan Sus peticiones, en plural. Son dos: la consagración de Rusia y la comunión reparadora. Durante décadas debatimos sobre la primera, misión confiada al Papa, y descuidamos la segunda, destinada a todos nosotros.
En 1925, la Virgen explicó la devoción:
"Todos aquellos que, durante 5 meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen un Rosario y Me hagan 15 minutos de compañía, meditando los 15 misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, Yo prometo asistirles, en la hora de la muerte, con todas las gracias necesarias para la salvación."
Al año siguiente, la Hermana Lucía pidió a Jesús que permitiera que la confesión se hiciera dentro de en un período de 8 días. Él concedió:
"Sí, incluso puede ser de muchos más." Para quienes olvidan formar la intención durante la confesión, Él hizo otra concesión: "Pueden formarla en la siguiente confesión, aprovechando la primera ocasión que tengan para confesarse." Sobre la cantidad de misterios meditados durante 15 minutos, Nuestro Señor dijo: "Me agradan más los que hagan 5 con fervor y con el fin de desagraviar el Corazón de tu Madre del Cielo, que los que hagan los 15, tibios e indiferentes."
En 1930, Jesús hizo más concesiones para quienes no pueden cumplir con los requisitos el sábado:
“La práctica de esta devoción también será aceptada el domingo siguiente al primer sábado, cuando mis Sacerdotes, por justos motivos, así lo consideren.”
Veamos cuánta flexibilidad se nos ha dado para que podamos cumplir con el pedido y, aun así, pocos lo practican hasta el final. Invito a todos a que dediquen sus próximos primeros sábados a la intención de desagraviar el Corazón de María y pedir Su auxilio para Brasil y a sus países, añadiendo en esos días también la Corona de las Lágrimas.
Condiciones para realizar la devoción de los primeros sábados:
Comulgar en estado de gracia;
Rezar el rosario;
Meditar al menos 15 minutos los misterios del Rosario;
Confesarse oportunamente, en una fecha cercana al primer sábado, con la intención de reparar el Inmaculado Corazón de María.
De la práctica de esta devoción depende nuestro destino: la guerra o la paz.
Traducido por: Katia Nogueira













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