La Importancia del Día 2 de Febrero en las Revelaciones
- Lucas Gelásio
- hace 19 horas
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El 2 de febrero se cumple el cuadragésimo día desde Navidad. Tal período era exigido por la Antigua Ley judía para que la madre fuese purificada después del parto. María, aunque no necesitaba purificación, cumplió la Ley y presentó al Niño Jesús en el Templo. Según la visión de la Beata Ana Catarina Emmerich, todavía no amanecía y la Sagrada Familia llevaba una luz.
Cuando San Simeón vio a Jesús, lo llamó "luz que se revelará a las naciones" (Lc 2,32). En las versiones latina y griega de las Escrituras, la palabra aquí traducida como "iluminar" también se utiliza para hablar de revelaciones: "lumen ad revelationem gentium" (latín) y "phôs eis apokálypsin ethôn" (griego). Velar es cubrir algo con un velo; revelar es descubrirlo, ponerlo a la luz.
En el Prólogo de San Juan, el evangelista dice: “él era la luz verdadera, la luz que ilumina a todo hombre, y llegaba al mundo.” (Jn 1,9). En el mismo Evangelio, Jesús revela: "Yo soy la luz del mundo" (8,12).
En este día, la Iglesia celebra una fiesta que lleva varios nombres — Purificación, Presentación, Nuestra Señora de la Luz o de la Candelaria, entre otros — y hace la bendición de las velas, cuyo simbolismo nos recuerda la Pasión de Cristo. La cera que se consume representa el sacrificio; la llama, la caridad; la mecha, el alma.
En Pascua, se enciende el Cirio Pascual, hecho de cera de abeja. La abeja obrera, que produce en su vientre la cera, permanece siempre virgen, como María.
La palabra Pascua se origina del hebreo Pesach, que significa "pasar adelante" y nos recuerda cuando, en la décima plaga de Egipto, pasó el ángel que exterminó a los primogénitos de los egipcios y posibilitó la liberación del pueblo de Israel. Para ser salvados, los judíos debían rociar sus puertas con sangre de cordero y permanecer en sus casas durante la noche.
Hay profecías, como las de Beato Palau y el Venerable Bartolomeu Holzhauser, que anuncian que el mismo Ángel Exterminador terminará con la vida de los impíos durante los Tres Días de Oscuridad. Esta vez, serán perdonados aquellos que, cerrando sus puertas y ventanas, enciendan velas benditas, señal de la Llama del Amor divino.
Es la voluntad de Dios que, el 2 de febrero, sus hijos participen en las fiestas en honor a Su Madre, bendigan velas y las guarden para el momento de la Tribulación.
Y así como la Virgen llegó al Templo llevando al Niño Jesús, Luz del Mundo, nosotros, como candelabros, debemos llevarlo en nuestro corazón. Él es la llama que permanecerá encendida cuando todo parezca sumergido en las tinieblas.
Traducido por: Katia Nogueira
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