Tres Ataques del Demonio Contra un Sacerdote (30/04/2024)

El día 30 de abril de 2024, antes de dormir, la Monja Nordestina tuvo una rápida visión. Vio, en un cuarto oscuro, un hombre dormido. Era posible ver su rostro. De la pared donde estaba apoyada su cama, surgió una criatura pequeña y demoníaca. Ella rodeaba la cama e intentaba tocarlo. Sobre el hombre, una luz lo cubría, de forma semejante a una sábana, protegiéndolo del alcance del demonio. La monja sintió que la luz era el manto de Nuestra Señora.

A pesar de no haber entendido la visión, la monja pasó a rezar por el hombre. Cuando durmió, tuvo un sueño impactante. En él, había otra criatura horrible, con apariencia humana, pero uñas grandes, piel fea y una cara espantosa. Este demonio estaba sentado en una silla y apoyado en una mesa, ambas de madera. Frente a él, había tres puñales sobre la mesa. El monstruo agarró el primeo y, con mucha fuerza, apuñaló la mesa. Al tocarla, su puñal se rompió en varios pedazos, sin perforarla. Él reaccionó muy enojado. Luego sonrió con picardía y dijo: “La primera vez, no funcionó, pero habrá dos veces más”.

La monja despertó escuchando un nombre en su mente. “Padre Luciano”. Tenía la sensación de que el sueño estaba vinculado a la visión.  Se acordó de mí y tuvo la intuición de que debería contarme lo acontecido. Me describió los detalles de la fisonomía del hombre que había visto acostado en la cama y la sospecha de que fuese el padre citado. Con la ayuda de amigos, lo identifiqué. Le mandé la imagen del sacerdote a la hermana y ella lo reconoció, confirmando que era el mismo que había visto en la revelación. 

Con el permiso de la monja, contacté a este sacerdote y le conté el caso. Él ya había sufrido un ataque grave en el pasado y había percibido, una presencia demoniaca en su cuarto, conforme a la visión de la monja. El autorizó que yo realizara este relato para ustedes, preservando su identidad.

Pido, por lo tanto, que recen por un sacerdote llamado Luciano. Añada su nombre a las intenciones de sus rosarios y misas, para que él tenga fuerza para enfrentar los próximos dos ataques y que el demonio no consiga alcanzarlo.

Traducido por: Maria Cristina Jacome